VICHAMA CIVILIZACIÓN AGROPESQUERA
La ciudad de Végueta se ubica en el litoral de la provincia de Huaura. El Congreso de la República la declaró distrito histórico de la independencia nacional en 1984 pues sus playas acogieron la expedición libertadora de don José de San Martín; no obstante, uno de sus más grandes tesoros es el sitio o monumento arqueológico de Vichama.
Este importante
asentamiento del período Arcaico Tardío o Precerámico Tardío (3000-1800 a. C.)
fue construido a finales de la civilización Caral con la cual se sabe que
guardó un importante intercambio económico, ello en mérito a su intensa
actividad pesquera. En aquellos tiempos Vichama, situado en el conjunto de
cerros del Halconcillo, se consolidó sobre más de 100 hectáreas de terreno
desde donde persisten hoy 16 monumentos, cinco de estructura piramidal, así
como edificaciones menores y áreas residenciales.
La reconstrucción
de la historia de Vichama o Uichma -que hace alusión a la actividad de pesca,
de acuerdo con las investigaciones del lingüista Alfredo Torero- ha sido
posible gracias a los hallazgos de la zona, consistentes en decenas de
estatuillas de barro no cocido, la preservación de sus salones ceremoniales, sus
frisos, decenas de shicras (cimientos conformados por sacos de piedras), restos
agrícolas y marinos.
La arqueóloga
Ruth Shady, que dirige el Proyecto Arqueológico Caral, empezó a investigar el
sitio en el año 2007. Un dato importante es que, al igual que en Caral, la
mujer en Vichama tuvo un papel trascendente, con equidad de género. Dos
estatuillas de barro ya muy difundidas de esta civilización nos muestran a una
mujer en posición dominante, una especie de sacerdotisa, recurrente en varios
edificios del asentamiento y del valle de Supe, por lo que se puede inferir que
lograba ocupar posiciones políticas importantes dentro de dicha sociedad.
SEMILLAS Y SAPOS
HUMANIZADOS
Otra
característica que destaca entre los hallazgos de Vichama está asociada al
cambio climático y la importancia que tuvo el recurso marino para supervivir
frente a la sequía y la crisis del agro. Y es que, entre sus principales
edificios destacan las hornacinas del Salón Ceremonial, donde se descubrió 34
relieves murales con figuras antropomorfas hechas de arcilla, que representan
cuerpos famélicos.
Estos seres
revelan los efectos que habría ocasionado el cambio climático que afectó a
Vichama entre los años 1,800 y 1,850 antes de Cristo. Además, al centro del
Salón Ceremonial, el friso de un Sapo Humanizado recibe directamente un rayo
proveniente del cielo, como una representación gráfica de la naturaleza
descargando su furia sobre la ciudad.
Posterior a ese
cambio climático, se aprecia que el edificio principal de aquella época fue
enterrado completamente y se construyó uno encima con la fachada hacia el lado
este, que es por donde fluyen los ríos. Es decir, que con una visión de querer
contrarrestar al cambio climático, la sociedad Vichama cambió la arquitectura.
Por otro lado,
se habla de un mito. El Mito de Vichama trata sobre el poblamiento del lugar y
los sucesos ocurridos entre dioses, semidioses y humanos, entre ellos el origen
de los alimentos y de algunos accidentes geográficos.
El más reciente
hallazgo fue un mural en el 2018. Se trata de cuatro cabezas humanas que llevan
los ojos cerrados y son rodeadas por dos serpientes. Los ofidios –muy
característicos de la tradición andina– confluyen en un personaje principal
cuya interpretación aún no es muy clara. Lo más probable, según los arqueólogos
del proyecto Caral, es que se trate de una semilla humanizada en proceso de
germinación.
MUSEO Y SITIO ARQUEOLÓGICO
“Los relieves
simbolizarían la fertilidad de sus campos, y las serpientes representan a la
deidad vinculada al agua, que se filtra en la tierra para hacer germinar la
semilla”, comenta la arqueóloga que estudia este edificio, Tatiana Abad.
Réplicas de todos estos elementos se exhiben hoy en el Museo Comunitario ubicado en la Plaza de Armas de Végueta. Las edificaciones reales, rodeadas de vistosos paneles bilingües, pueden ser visitadas todo el año. Para hacerlo es necesario viajar por la antigua Panamericana Norte desde Lima hasta la altura del kilómetro 159 y voltear a la mano izquierda. En transporte interprovincial se puede abordar los buses a Huacho y de allí tomar el servicio de colectivos a Végueta desde donde unos paneles lo guiarán hacia el mismo sitio arqueológico. Tiempo estimado de llegada, 2 horas y 15 minutos.
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